Todo apunta a que la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Esperanza Macarena no tendrá dificultades para realizar esta noche, a partir de las 22,00 horas desde la iglesia de Santiago Apóstol, su estación de penitencia de la Semana Santa.
Eso sí, su regreso a las calles, después de dos años de pandemia, viene cargado de novedades. Por un lado, el recorrido. Desde la Hermandad encargada de la procesión del Miércoles Santo, Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Esperanza Macarena, se anunciaba a este periódico hace unas semanas que se dejará de pasar por Juan Bautista Topete para dirigirse a la calle Condesa de la Vega del Pozo, pasar por la calle Mayor y la plaza de Santo Domingo en dirección a la calle de El Carmen, para hacer una parada en el convento y saludar a las hermanas concepcionistas y a los hermanos franciscanos de la Cruz Blanca que custodian todo el año a la imagen del Cristo de la Salud. «Hemos querido tener este gesto porque están muy pendientes de nosotros. Llevar allí a nuestros dos titulares es una honra para la hermandad», aseguraba el Rubén Contera Calleja como hermano mayor.
Sus pasos también presentan novedades. Por un lado, el paso del Cristo de la Salud desfilará con una nueva imagen. Hasta ahora, esta imagen de Cristo atado a una columna estaba acompañado por un sayón. Pues bien, desde este año, se suma la figura de un centurión romano, presentada en sociedad en el otoño de 2021, con el fin de embellecer el misterio que se presenta y de "innovar en la noche del Miércoles Santo en las calles de nuestra ciudad", como argumentaba Rubén Contera, quien también detalla cómo han "renovado el grupo de capataces y estamos ensayando desde el mes de enero. Podemos decir que somos una cofradía con suerte y tenemos a bastante gente de costaleros. Hay unos seis o siete relevos en el paso del Cristo y tres o cuatro en el de la Virgen, que nunca nos ha sucedido, porque nunca había ido completo. Ha venido gente nueva, gente joven, a colaborar en esta Semana Santa".
La Hermandad tiene previsto colocar algún signo de luto, probablemente un crespón negro en los pasos, para expresar su sentimiento de recogimiento por los fallecidos en los dos últimos años de pandemia.