De la Gran Manzana al Museo del Prado

Europa Press
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Nueve obras emblemáticas de Velázquez, el Greco, Murillo y Goya viajan a España procedentes de la imponente Frick Collection

Felipe IV, retratado con maestría en Fraga por Diego Velázquez en 1644 - Foto: THE FRICK COLLECTION / VELÁZQUE

Las obras maestras de la pintura española de The Frick Collection ya cuelgan de las paredes del Museo del Prado «como en su propia casa». Procedentes de la importante colección neoyorquina, las nueve piezas de Velázquez, el Greco, Murillo y Goya  se podrán ver hasta el 2 de julio.

«El segundo lugar natural de estas obras es el Museo del Prado y por eso hemos querido subrayar esta relación, juntándolas con otras cinco de conexión directa», explicaba ayer el jefe de conservación de Pintura Española hasta 1800 de la pinacoteca, Javier Portús.

Así, junto a San Jerónimo del Greco cuelga Retrato de médico, que es su contrapartida en términos de retrato civil y de gama cromática gris; mientras que al lado de La expulsión de los mercaderes, de ese mismo pintor, se sitúa La anunciación, pues ambas muestran un uso equiparable de los recursos arquitectónicos para resolver la fuga espacial.

En el caso de Velázquez, el Felipe IV en Fraga, de la Frick, fue realizado en la misma época, el mismo lugar y con la misma tela que El primo. También se muestran conjuntamente el Retrato de dama firmado por Goya en 1824, y el retrato de Juan Bautista Muguiro que este mismo artista realizó en 1827.

Del pintor zaragozano se ha rescatado asimismo La fragua, «una de las cimas de Goya en cuanto a expresión anatómica» y que llamó la atención del escultor Giacometti en su visita a la Frick. Estará también en las paredes del Prado el retrato del Duque de Osuna, uno de sus patronos «más devoto» y para quien pintó más de 30 cuadros.

De su contemporáneo Murillo llega un Autorretrato inscrito en un marco ovalado y pétreo, según una tipología muy característica del pintor, y que es común a Nicolás Omazur, del Prado, junto con el que se expone.

Todas las obras que ahora están en España salieron hace más de 100 años e incluso para algunas de ellas es la primera vez en este país. Por ejemplo, uno de los retratos del Greco fue pintado en Italia. La fragua de Goya salió en 1835 y La expulsión de los mercaderes, en 1909. 

«La colección Frick nos sirve para conocer el estatus de la pintura española en el siglo XX. Frick era un coleccionista que podía tener lo que quisiera y si eligió a pintores como el Greco, Velázquez o Goya y los escogió porque formaban parte del panteón pictórico internacional», indicó Portús, ya que la pintura española tuvo especial importancia en la identidad de la colección del industrial norteamericano.