Casa Elena, maridaje de tradición e innovación

Mario G. Gutiérrez
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VENTE A COMER | Este restaurante, ubicado en la localidad toledana de Cabañas de la Sagra, aportaun toque de modernidad a la cocina tradicional, poniendo en valor productosde proximidad de Castilla-La Mancha. César Martín está al mando

‘Casa Elena’ es un caserón de muros regios de adobe, techos altos y vigas de madera, pero con guiños al modernismo - Foto: Y.LANCHA

Aunar tradición y modernidad. Cocina tradicional con un toque innovador. Productos de la región elevados a la potencia de la cocina de autor. La cocina heredada de su madre, con los toques que la experiencia y trayectoria le permiten aportar. Es el cénit alcanzado por César Martín en un negocio que comenzó su madre cuando heredó la casa de la bisabuela del actual gerente y donde César «creció jugando» y le empezó a enganchar la hostelería.

Tras años de formación y estudio, decidió como proyecto final de carrera «realizar un modelo de negocio para poner en marcha de nuevo Casa Elena». Ahora es él quien dirige una actividad de restauración que pretende acercar a los comensales los productos 'kilómetro 0', es decir, en su mayoría procedentes de distancias inferiores a un radio de 100 kilómetros, poniendo así en valor legumbres, huevos, aceites, quesos, carnes y por supuesto los vinos de la región, además de los productos hortofrutícolas de su propio huerto.

«Las personas disfrutan del placer de comer bien y sano» recalca César, que aprovecha para destacar la posibilidad de no sólo trabajar de esta manera, sino que además apuesta por la «sostenibilidad y armonía con la naturaleza», contribuyendo así a un turismo respetuoso con el entorno. Esto solamente es posible a base de dedicar «mucho trabajo y tiempo a concienciar de que este es el futuro» y hay que mantener una línea equilibrada puesto que la hostelería consume muchos recursos y apunta como «necesario» que se haga de forma coherente.

Del mismo modo se explica que gracias a los conocimientos del chef, el restaurante pueda ofrecer una cocina tradicional renovada, enarbolando como uno de sus principios básicos la filosofía 'Slow Food'.

Este caserón, decorado de forma antigua, de muros regios de adobe, techos altos y vigas de madera, pero con guiños al modernismo y sobre todo con el cetro de la luminosidad colándose por cada rincón, pone en valor los productos «y las recetas que tradicionalmente se han hecho en la zona», respetando el recetario tradicional, pero con sabores reconocidos y texturas agradables, que maridan perfectamente con los vinos que guarda las entrañas del añejo caserío y que con acierto el sumiller ofrece a los comensales para acompañar las elaboraciones culinarias.

Un ecosistema único que busca romper barreras, y que transforma una casa de comienzos del siglo XX en un lugar idóneo donde relajarse y disfrutar. Diferentes espacios donde, como indica el propio César Martín, el cliente puede sentirse como en casa y que se adaptan plenamente a sus necesidades, «da igual si es una reunión privada, una cena íntima, o una comida con niños» explica poniendo diversos ejemplos. El pajar, reconvertido en el espacio principal, que conserva la esencia de los techos y sus vigas de madera; la polivalencia del salón de la casa, ideal para reuniones y que acoge las cenas sensoriales; la intimidad que brinda «la cocinilla», perfecta para compartir momentos únicos con pocos comensales; el diseño que atesora la zona de bar, decorado con muebles vintage y «una amplia selección de cervezas artesanas y vinos»; la relajación y proximidad con la naturaleza de las dos terrazas, «maneras perfectas para disfrutar de la gastronomía cuando llegan las temperaturas más cálidas» o la última incorporación a los espacios 'El sobrao', cargado de luz que aporta aún más polivalencia al restaurante, creando entre todos un espacio perfecto para vivir una experiencia manchega y toledana, con productos «de la máxima calidad».

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