Los populares quieren seguir pescando los votos de aquellos socialistas que apoyaron a Pedro Sánchez hace casi cuatro años y que ahora optarían por el discurso centrado que defiende Alberto Núñez Feijóo. De hecho, el PP maneja datos internos que sostienen que ya ha capturado un 11 por ciento de los electores desencantados con las políticas del presidente y, con ese objetivo, seguirá buscando desgastar al Ejecutivo con la reforma de la malversación y la Ley del solo sí es sí.
En Génova reconocen que el empecinamiento del Ministerio de Igualdad y del propio Sánchez en no rectificar la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual es uno de los puntos más débiles del Gobierno en este momento y a ello suman la rebaja de condenas por el «abaratamiento» de la corrupción que, según el PP, se va a producir en los próximos meses.
Por eso, el equipo de Feijóo llevará estos dos temas al epicentro de su campaña electoral para los comicios del 28 de mayo, sin olvidar la crítica a la Moncloa por sus «concesiones» a los independentistas. «El Gobierno ha elegido pactar con ERC y Bildu antes que con el PP, un partido de Estado», denuncian en las filas del primer partido de la oposición.
De hecho, el propio coordinador general del PP y director de campaña, Elías Bendodo, reconoció hace unos días que en la campaña autonómica y municipal tendrán mucho peso los temas nacionales y su candidatos serán «portavoces» en todos los rincones de España de las «barbaridades» de Sánchez a lo largo de su legislatura.
Además, fuentes del grupo conservador subrayan que la estrategia del líder socialista buscando equiparar a Feijóo con Vox y la ultraderecha no cuela entre los ciudadanos. «Eso de que somos extremistas peligrosos, no es sencillo que los ciudadanos compren ese marco», aseguran desde el equipo del dirigente popular.
Alejados del extremismo
Como prueba de que ese mensaje no surte efecto sino al contrario, recalcan que en este momento el trasvase de voto del PSOE llega al 11 por ciento, según los datos que maneja la cúpula de la formación. «No es gente que se viene a un partido extremista sino que es gente que en su momento votó a Pedro Sánchez y ahora ha encontrado refugio en el PP, un partido que no tiene nada que ver con el extremismo que pretende dibujar el PSOE», añaden las fuentes.
En Génova aseguran que la baza que usa Ferraz de equipararles a Vox les puede volver como un bumerán. Así, argumentan que la dureza de los ataques a Feijóo puede llevarles a perder el voto más moderado y de centroizquierda que todavía conservan los de Sánchez. «Puedes intentar movilizar a los tuyos pero si te pasas de frenada, la moderación la pierdes y se la entregas al PP, ya que haces que ese votante moderado y educado no se sienta reflejado en esos mensajes», alertan.
Como prueba de que el PSOE sigue una estrategia fallida, los de Feijóo destacan el hecho de que su respaldo no está creciendo a costa de Vox, sino del propio partido gobernante, que se ha ido a los «extremos», provocando la fuga de muchos votantes que lo apoyaron en su día. Por todo ello, el principal grupo de la oposición quiere seguir atrayendo a socialistas ante las citas electorales. A su entender, el PP es «la herramienta más útil que existe para reunir a todos los españoles que creen que este país merece un gobierno mejor».