Las noticias que cierran el círculo de las hipótesis irán viniendo en los próximos días, semanas o meses. Pero este mes de noviembre, y en concreto esta semana, los hemos iniciado en lo que podríamos llamar 'modo especulación'. Todo es una continua cábala sobre lo que ocurrirá o dejará de ocurrir y, por supuesto, los medios no pueden ser insensibles a este estado de ánimo en la calle. Se acumulan las preguntas que pueden tener varias respuestas, y de muchas de estas respuestas dependerá nuestro mayor o menor grado de felicidad en el futuro inmediato, de manera que estamos en situación de anhelante expectativa, porque nos pueden ocurrir muchas cosas buenas o malas. ¿Ejemplos? Tengo muchos.
Para mí, el mayor foco de incertidumbre universal reside en la nación más poderosa del mundo. Nunca los Estados Unidos estuvieron más divididos que tras esa 'era Trump' que ahora, por mor de las elecciones de este martes, amenaza con regresar. Y una mayor presencia de alguien como el ex presidente norteamericano en la vida de su país tendría consecuencias sobre todo lo imaginable, comenzando por el desarrollo de la guerra en Ucrania. ¿Alguien imagina a Trump y sus negacionistas votando a favor de aumentar la ayuda a Zelenski? O, ya que estamos, ¿incrementando el presupuesto de lucha contra el cambio climático?
Luego están los innumerables asuntos domésticos que se hallan en fase de especulación pura y dura. Desde quién será el candidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid, cuestión sobre la que corren las quinielas como liebres, hasta si finalmente Pedro Sánchez hará una remodelación del Gobierno para nombrar a ministros como candidatos en las elecciones municipales (o hasta en alguna autonómica) y para iniciar una nueva 'ofensiva política preelectoral'.
Y en torno a estas cuestiones van a girar otras muchas, desde la futura presidencia del Tribunal Constitucional (fíjese usted si se están haciendo cábalas y quinielas con los nombres posibles y probables) hasta, pongamos, la reforma del delito de sedición, el indulto a Griñán o si se facilitará o no el retorno de Puigdemont. Eso, como algunos ejemplos.
Todo está 'in fieri', pendiente de acabar o de completarse, lo que también afecta a los fondos europeos o a las restricciones energéticas, que, por cierto, muy pocos cumplen a rajatabla. Estamos en 'modo quiniela', sin demasiadas seguridades jurídicas o de otra clase, preguntándonos a dónde y a quiénes irán a parar los caminos que actualmente transitamos.
Sí, en las próximas semanas y meses, a lo largo de este 2023 que se nos presenta como otro año decisivo, vamos a tener esas respuestas a muchas de las preguntas que están ahí, lanzadas al viento, sin que nadie pueda o quiera venir todavía a responderlas. Y así vivimos, al menos hoy, en esta semana, en este mes. Un sinvivir, por tantas y más razones. Y ya se sabe que las quinielas son un juego de azar en el que pocas veces gana el personal.