Javier D. Bazaga

NOTAS AL PIE

Javier D. Bazaga


Los equilibrios de Ruiz Molina

14/10/2022

Con un ojo puesto en las crisis que parece que empezamos a dejar de lado como la pandemia, y las que estamos aún padeciendo como la guerra de Rusia en Ucrania, y con el otro ojo puesto en el futuro, en el desarrollo, el progreso y modernización de nuestra sociedad. No dejar a nadie atrás al tiempo que se quiere avanzar con paso firme hacia un futuro cada vez más próspero. Con esta filosofía ha querido diseñar el equipo de Juan Alfonso Ruiz Molina, consejero de Hacienda de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, los presupuestos generales de la Comunidad para el próximo ejercicio. Cuentas que presentó ayer en Toledo, y que se caracterizan, según dijo, por ser expansivos en lo social, ambiciosos en lo económico, eficientes en lo que atañe a la administración, y prudentes en lo financiero.

Es importante porque, ahora que hemos conocido que casi 56.000 personas han accedido al ingreso mínimo vital del Gobierno (IMV), que habrá 3.000 millones de euros disponibles para rebajar el impacto de la crisis energética en nuestros hogares, y las rebajas fiscales que se han venido anunciando, toma especial relevancia ese "no dejar a nadie atrás" en un mundo en el que la volatilidad y la incertidumbre se han convertido en nuestra 'brújula'. Pero sin dejar de lado que el progreso debe continuar, y la rueda seguir girando en este contexto. Es por eso que se debe poner en valor que los presupuestos de Castilla-La Mancha para el año 2023 contemplan un ingente esfuerzo por mantener -y seguir reforzando- los servicios públicos fundamentales que conforman el estado del bienestar, al tiempo que pretenden dinamizar nuestro tejido productivo para seguir generando riqueza y empleo.

El presupuesto crece solo en algunas partidas, y no de manera escandalosa, pero vienen a consolidar todo lo logrado durante los años de pandemia, y reduce enormemente la necesidad de endeudamiento de la comunidad autónoma, por lo que no se hipotecan ni condicionan las cuentas de ejercicios venideros. Eso tiene especial valor en este año en el que se van a celebrar unas elecciones autonómicas y municipales, con las que cabría esperar un mayor gasto para "lucimiento" de la administración regional, y luego que cada uno aguante su vela. Pero no. Para Ruiz Molina ha primado la "responsabilidad, prudencia, rigor, seguridad y certidumbre" para elaborar estas cuentas.

Pero con los presupuestos de una comunidad autónoma pasa como con cualquier economía familiar: primero las obligaciones y lo último los caprichos. Una vez que tienes claros los gastos fijos e "indispensables" -que en esta región no siempre han estado tan claros según el color del gobierno- se trata de dilucidar las prioridades. Y es aquí donde "nunca llueve a gusto de todos". Porque siempre habrá quien vea escasez en algunas partidas y abundancia en otras, las menos. El equilibrio y sensatez exhibidos ayer por el consejero de Hacienda para explicarlos, demuestran al menos que, aún teniendo ese horizonte temporal y electoral en mayo, la responsabilidad ha presidido su criterio a la hora de diseñarlos. Veremos si las intenciones puestas en ellos dan sus frutos.