Desde el pasado mes de febrero, a petición de la Gerencia, el Área Integrada de Guadalajara cuenta con un nuevo programa de asistencia en salud mental dirigido tanto a trabajadores de centros sanitarios, muy especialmente a pacientes afectados por la Covid-19, como a pacientes afectados por el coronavirus y a familiares de fallecidos por la enfermedad, con dificultad para afrontar el duelo.  

El servicio de Psiquiatría y Psicología Clínica ha sido el que ha diseñado este programa asistencial en salud mental que, en función de los usuarios, se canaliza a través del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales o de Atención Primaria. Un departamento que está dirigido por la psiquiatra Elvira Santamaría Rubio y el psicólogo clínico José David Camacho Pérez. La doctora Santamaría es la encargada de realizar una primera evaluación y decidir si se precisa intervención de psicoterapia o si bien se dispone algún tratamiento farmacológico.

Por el momento, este nuevo programa ha atendido ya a una quincena de profesionales de todas las categorías y unidades, con especial participación del personal de Enfermería de la Unidad de Cuidados Intensivos. Sin embargo, el impacto de la pandemia afecta también a otros servicios y categorías, en muchos casos menos acostumbrados al manejo de situaciones de pérdida de vidas humanas, indican a este medio fuentes hospitalarias. 

Además, este dispositivo también está haciendo seguimiento a más de una treintena de personas entre pacientes y familiares de fallecidos. En unos casos por el impacto que han supuesto los ingresos hospitalarios prolongados, y en otros, por los difíciles duelos ante la imposibilidad de haber podido acompañar y despedir a los familiares fallecidos por Covid.

alertas. El jefe del servicio de Psiquiatría del hospital, David Huertas, advierte de como la crisis sanitaria por Covid-19 ha supuesto un impacto muy intenso sobre la salud mental de la población y lo va a seguir teniendo. «Al igual que la Covid tuvo un pico, creemos que con los problemas de salud mental derivados de la pandemia el pico viene a partir de ahora", señala.

David Huertas advierte también del agravamiento de enfermedades mentales preexistentes y del surgimiento de nuevos problemas. En este sentido, pone el foco en el impacto de la crisis sobre la población más joven debido a la brecha que supuso el confinamiento, el aislamiento, las restricciones o el uso abusivo de las redes sociales. «Podemos intuir un alto impacto en niños y adolescentes que, sin haber pasado la enfermedad, sí viven las consecuencias derivadas de la incertidumbre, los problemas familiares, el desempleo, el aislamiento del grupo social y el bloqueo de sus instintos naturales de socializar y explorar». «Es necesario hablar de salud mental, eliminar estigmas en torno a estas enfermedades y que no sea un problema pedir ayuda», concluye.