Francisco Marfil (Ciudad Real, 1978) no es un hombre de grandes retos sino del trabajo constante para mejorar cada día. Con esa filosofía dirige la Delegación de la ONCE en Guadalajara desde el 15 de noviembre de 2015, una responsabilidad que ejerce con eficacia, ilusión y, sobre todo, con vocación de ayuda y servicio a las personas ciegas y con discapacidad visual.

Lleva casi seis años como director de la ONCE en Guadalajara. ¿Cómo valora la experiencia?

Mi sensación personal es positiva. En este tiempo, hemos renovado gran parte de la plantilla de vendedores, hemos conseguido nuevas afiliaciones y la gente ha participado bastante en las actividades que organizamos dentro de las circunstancias particulares que tenemos en este centro, ya que es un centro con gente mayor. En el global de estos seis años estoy bastante contento al margen de las dificultades motivadas por la pandemia. 

«Estamos lejos de conseguir la accesibilidad universal» - Foto: Javier Pozo¿En qué ha centrado el trabajo? 

Las prioridades de la casa son facilitar trabajo a las personas con discapacidad, que lo hemos hecho. Por otro lado, está el aumento de la afiliación, que también lo hemos conseguido. Y, por último, ofrecer servicios sociales. De hecho, este año, hemos sido la agencia que más servicios está dando a sus afiliados que es, al fin y al cabo, el fin último de nuestra organización. 

En la actualidad, ¿cuántos afiliados tiene la ONCE en Guadalajara?

Ahora mismo, somos 243 afiliados. La mayoría son personas mayores.  Entre 18 y 65 años, hay 121 afiliados y de más de 65 años tenemos 102. 

¿Por qué la afiliación es tan baja entre la gente más joven?

 Sabemos por los profesionales sanitarios que en Guadalajara hay mucha gente susceptible de ser afiliada a la ONCE pero que, por vergüenza, no acude a nosotros. Me gustaría decir a esas personas, muchas jóvenes,  que se les tiene que quitar ese sentimiento, que la ONCE les puede ayudar. Con la vergüenza ni se come ni se sale de los problemas. Entre todos deberíamos concienciar a la población de que tener problemas visuales no es una vergüenza y que es mucho peor no pedir ayuda y sufrir.

Aparte de facilitar la búsqueda de empleo a personas con discapacidad, ¿qué otros servicios prestan la ONCE a sus afiliados?

Facilitamos la búsqueda de empleo a personas con discapacidad en general, sean o no afiliados. Luego, la ONCE ofrece a sus afiliados servicios de rehabilitación que les ayudan a sobrellevar mejor su dificultad visual. Por ejemplo, contamos con una técnico en rehabilitación que nos ayuda a cocinar, a movernos por la calle, a hacer la limpieza, a planchar, etc.  Además, tenemos un técnico en tiflotecnología que nos ayuda a manejar cualquier dispositivo electrónico, algo muy importante porque, en la actualidad, todos los estímulos que tenemos en nuestro día a día está relacionados con la tecnología de una u otra forma. También disponemos de ayuda psicosocial para afiliados y familiares gracias a la atención de un psicólogo. Por otro lado, ofrecemos una línea de ayudas económicas tanto al puesto de trabajo como al puesto de estudio y ayudas al bienestar social en forma de ayuda a domicilio. Luego, están los viajes sociales, en convenio con el Imserso. En el apartado de ocio y tiempo libre, disponemos de una biblioteca con más de 60.000 audiolibros y tenemos clubes de tertulia y de lectura que quedaron suspendidos por la pandemia y que tenemos intención de recuperarlos porque una de las premisas que tiene la ONCE es el ir recuperado la presencialidad poco a poco.

¿Cómo ha afectado la pandemia a las personas con deficiencia visual? 

El problema fundamental es que muchas personas ciegas o con problemas visuales se ha acostumbrado a estar en su casa. La ONCEles ha dado apoyo durante este tiempo a través de diferentes plataformas de conectividad y ahora les cuesta salir a la calle. Además, muchos afiliados que venían a los clubes son mayores y el estar parados y sin moverse les ha repercutido negativamente en su movilidad.

Las nuevas tecnologías, ¿han favorecido la integración de las personas con dificultades visuales?

Sin duda. Nuestros técnicos en tiflotecnología nos enseñan el uso de las distintas adaptaciones que existen para muchos aparatos (móvil, ordenador, etc.) y las aplicaciones de conexión con los demás. Las personas con discapacidad visual también nos hemos sumado a la tecnología.

 ¿Con cuántos vendedores de cupones cuentan en la provincia? 

A nosotros nos gusta llamarlo Venta de productos de juego responsable porque son una gama amplia de productos, no sólo de cupones, que van destinados a una labor social. Ahora mismo, tenemos 21 vendedores que están en toda la provincia, la mayoría en la capital y en los municipios más cercanos. Pero también hay vendedores en Sigüenza, en Molina de Aragón, en Cifuentes, etc. 

¿Están satisfechos con las ventas?

Este año van aceptablemente bien, estamos sacando adelante todos los objetivos que se nos han marcado desde la dirección general, pero sí que hay que decir que el año pasado fue un golpe bastante duro para la ONCE en general y para la ONCE de Guadalajara en particular. Mientras que en 2019 las ventas rondaron los 4,1 millones de euros en la provincia, el año pasado se quedaron en poco más de tres millones. Es prácticamente un 25 por ciento de bajada en ventas debido a los tres meses de confinamiento y a las restricciones posteriores. 

En general, ¿cómo valora la accesibilidad para las personas ciegas y con deficiencias visuales?

Es algo que se tiene que mejorar, sin duda. De hecho, la accesibilidad universal debería haber sido conseguida el 4 de diciembre de 2019 por legislación y acuerdo mundial y, evidentemente, no existe ni en la mayoría de las calles, ni en los edificios, ni en medios de transporte ni en otros muchos ámbitos. A veces, es algo que parece una quimera, no sé si es porque los organismos competentes no hacen lo suficiente, si porque es muy caro o si es por otro motivo. Me gustaría equivocarme, pero creo estamos lejos todavía de conseguir la accesibilidad universal.

En el caso de Guadalajara, ¿hay alguna reivindicación concreta?

En todos los organismos donde hay turno con número para que ser atendido, sólo existe el estímulo visual y el sonoro del pitido, pero eso a nosotros nos sirve. Necesitamos saber el número por megafonía. En los centros sanitarios, si entro siendo ciego, ¿cómo llego a la consulta donde me corresponde? En muchos sentidos estamos totalmente desguarnecidos. En los medios de transporte, aquí en Guadalajara se ha mejorado, por ejemplo la megafonía de los autobuses urbanos, pero también hay que decir que tiene bastantes fallos. Son sólo tres ejemplos de cosas que se tienen que mejorar.

¿Y en tema de inserción laboral?

Aquí tenemos la suerte de que las personas con discapacidad tenemos muchas posibilidades de empleo en comparación con otras zonas de España ya que, aparte de estar la ONCE, que somos una agencia pequeñita que podemos facilitar algún empleo pero no muchos, está Ilunion en todo el cinturón del Henares. Ilunion está facilitando trabajo a muchas personas con discapacidad. 

Acaban de celebrar la XXX Semana de la ONCE en Guadalajara. ¿Cuál es el propósito de esta iniciativa?

El principal objetivo es sensibilizar a la sociedad de los problemas que tenemos la personas con discapacidad visual o con ceguera y la intención de mejorar las problemáticas que todavía tenemos. Además, queremos hacer ver a la población que, aunque somos discapacitados, podemos hacer muchas cosas. 

¿Cómo son las relaciones con las instituciones?

Estoy encantado tanto con la Diputación como con el Ayuntamiento por su participación. Las relaciones con la Junta también son estupendas. Y últimamente también hemos mejorado el contacto con la Subdelegación del Gobierno, estamos en muy buena sintonía. 

¿Algún proyecto próximo que se marque la ONCE a nivel provincial?

Nuestro reto es mejorar cada día. No tenemos proyectos concretos sino seguir ayudando y dando trabajo a las personas con discapacidad en la medida de nuestras posibilidades. No somos gente de grandes proyectos sino del trabajo diario y de progresar poco a poco. Pasito a pasito se hace el camino.