Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Los visionarios de hace 40 años

16/07/2022

Hace 40 años, los dirigentes políticos, con el rey Juan Carlos dirigiendo el tránsito hacia la democracia, apostaron por la reforma frente a la ruptura, la conciliación frente a la confrontación. Junto a ellos, compartiendo el mismo criterio, jueces y fiscales, economistas, educadores e intelectuales, periodistas, empresarios … y los represaliados del franquismo que no habían tenido más salida que el exilio para salvar la vida.

Regresaron Pasionario y Carrillo, Alberti y Sánchez Albornoz, y D. Juan Carlos, en su primera visita a México, se reunió con la viuda de Azaña, a la que transmitió un respeto y un afecto que se prolongó hasta su muerte. Las primeras elecciones fueron totalmente democráticas, participaron incluso los partidos perseguidos durante el partido. Los políticos de entonces eran visionarios: no había solución para los españoles si no se dejaban atrás los horrores del pasado.

El jueves, al escuchar el debate previo a la aprobación de la Ley de Memoria Democrática, algunos no éramos capaces de identificar el clima de 40 años con el que se vivía en ese hemiciclo. En la tribuna de oradores, se tergiversó la historia, se dieron muestras escandalosas de ignorancia,. Se presentó a un encarcelado del franquismo, sentado en la tribuna de invitados, como si no hubieran existido presos políticos entre los protagonistas de la Transición. Marcelino Camacho, Nicolás Redondo y Curro López Real, fueron diputados de la Transición, por mencionar solo a los más significativos.

La Ley sobre Memoria Democrática llena de vergüenza a quienes conocimos aquellos años y los esfuerzos poa salvar la convivencia. Se hizo justicia con los que habían sido represaliados por el franquismo, pero sin caer en el escarnio y el revanchismo, sin fomentar el enfrentamiento entre los dos bandos. Se iniciaba una época nueva en la que se daba prioridad al futuro frente al pasado.

La izquierda no mencionó ni un solo aspecto positivo de la Transición en el debate del jueves, en el que se contaron las atrocidades de un bando, solo de uno; los promotores de esa ley permitieron que se presentara a ETA como un movimiento de liberación, y a los cuerpos de seguridad como torturadores. Que hubo torturas, sería de imbéciles no reconocerlo, pero los que torturaban y mataban masivamente, terroríficamente, fueron los etarras, representados hoy por Bildu, el peor socio que podía tener un gobierno democrático.

Los dirigentes actuales de la izquierda pretenden destruir la Transición, hasta el punto de meter en el mismo saco, por presiones de Bildu, a los franquistas y a los que capitanearon con generosidad y altura el apaciguamiento de una sociedad que sufría las consecuencias de una cruel guerra civil, en lugar de abundar en las heridas y en los malos recuerdos. Solo los malos recuerdos.

Que Pedro Sánchez haya promovido esa Ley, que ataca directamente la biografía de los mejores socialistas, es una vergüenza para los demócratas españoles. Pero sobre todo para los que todavía respetan las siglas del Psoe a pesar de Sánchez.