El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha rechazado las acusaciones que Amnistía Internacional ha hecho a España por la tragedia ocurrida el 24 de junio en la valla de Melilla, entendiendo que se trata de "conjeturas" porque adolecen de pruebas.
En declaraciones a los medios de comunicación este viernes en Las Palmas de Gran Canaria, ha señalado que, "con todo el respeto a Amnistía y al trabajo que desarrolla", discrepa de las últimas acusaciones.
"Hacen una valoración ajena a un procedimiento que se ha hecho con pruebas reales, concretas y serias. Son simplemente conjeturas y suposiciones porque adolecen de la necesaria objetividad en cuanto a pruebas", observó.
Marlaska hizo especial hincapié en que lo ocurrido en Melilla fue un ataque de una violencia y una gravedad manifiesta contra la frontera española, que es la frontera de la Unión Europea, y que ningún país permite ni posibilita que sus fronteras sean violentadas.
"No hubo ningún resultado trágico o letal en suelo español y la Guardia Civil actuó con legalidad, proporcionalidad e idoneidad, poniéndose todos los recursos para que aquellos que hubieran sufrido alguna lesión fuera debidamente atendidos", dijo.
El ministro insistió en que se trata de una tragedia "que nunca debió suceder" y que "duele a todos", reiterando que "ningún acto trágico aconteció en suelo español" y que la Benemérita actuó "con la mayor exquisitez que era necesaria" defendiendo las fronteras españolas de cualquier ataque violento.