Historias de vida, historias de acogida en Los Manantiales

Inmaculada López Martínez
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Dentro del programa de intervención comunitaria '#EnRedandoBarrios', desarrollado por Accem en Los Manantiales, una docena de inmigrantes comparten sus experiencias personales de acogida en una exposición conmemorativa

Acto de inauguración de la exposición 'Historias de Vida' y detalle de dos de los paneles que forman esta muestra. - Foto: Inma López / Javier Pozo

Ousman Balde llegó a España hace seis meses. Con tan sólo 26 años, este joven africano decidió dejar su país de origen, Senegal, para buscar un futuro mejor en España y luchar por conseguir su sueño: ser escritor. «Quiero escribir un libro sobre mi vida para decir lo que pienso sobre lo que está pasando en África y por qué la gente huye y quiere venir a Europa», afirma en un castellano bastante correcto. La dura y sobrecogedora historia de Ousman es uno de los doce testimonios personales que recoge la exposición Historias de Vida organizada por Accem con motivo de la celebración, el 18 de diciembre, del Día Internacional del Migrante. 

Esta muestra conmemorativa, que pudo visitarse en el Cuartel del Henares de Guadalajara durante toda la semana y que recalará próximamente en otras ubicaciones de la capital, se enmarca dentro del proyecto #EnRedandoBarrios que esta organización no gubernamental, especializada en la atención de personas refugiadas y migrantes, desarrolla en Los Manantiales, donde tiene su sede desde el año 2018. «Los Manantiales es un barrio tradicionalmente de inmigración. Primero, fue interna, gente de los pueblos que vino a trabajara a los polígonos y, según España pasó de ser país de emigración a ser país de inmigración, muchas viviendas fueron pasando a población de otros países: marroquíes, hay muchos latinoamericanos, argelinos, etc.», comentó el responsable territorial de Accem en Castilla-La Mancha, Braulio Carlés, durante la inauguración de esta exposición. 

Precisamente, Historias de vida refleja detalles sobre el proceso de adaptación de varios inmigrantes a este barrio, los cuales muestran un agradecimiento general por la buena acogida recibida por lo vecinos. «Llevo 12 años viviendo en el barrio y desde el día que llegué me sentí como en casa», reza uno de los ocho paneles que forman esta muestra. «Al principio me costó un poco integrarme, pero una vez que lo he hecho, soy muy feliz. Empecé a ir a clases de español en el colegio, con las que las impartían desde Accem. También conocimos al AMPA y las otras mamás que lo llevaban», señala otro de los testimonios. «He encontrado en mi camino grandes y valiosas personas a las que les tengo gran afecto y agradezco su cercanía y acogida», afirma otro de los inmigrantes residentes en Los Manantiales. En definitiva, son la muestra evidente de que los migrantes «se sienten muy apoyados por los vecinos del barrio, la interrelación es buena y, por ello, queríamos visibilizarlo y mostrárselo a la gente», explicó Aroa Claver, técnica de Accem.

Acto de inauguración de la exposición 'Historias de Vida' y detalle de dos de los paneles que forman esta muestra.Acto de inauguración de la exposición 'Historias de Vida' y detalle de dos de los paneles que forman esta muestra. - Foto: Inma López / Javier PozoSensibilización

Sin duda, para hacer posible esta favorable convivencia, Accem desarrolla una labor clave de sensiblización. «#EnRedandoBarrios es un programa de intervención comunitaria en el que trabajamos con toda la población de Manantiales, tanto los vecinos y vecinas como con las personas migrantes», indicó Aroa Clavero. Así, organizan asiduamente clases de castellano para extranjeros, encuentros gastronómicos, intercambios culturales y talleres de temática variada, entre otras actividades. «Evidentemente, hay que trabajar esa integración pero, ahora mismo, se puede decir que Los Manantiales es un barrio referencial sobre cómo hay que vivir la interculturalidad. La relación y la convivencia entre ciudadanos españoles y de otro países se vive con la mayor normalización», aseguró Braulio Carlés.  

En este contexto, el párroco alcarreño reconoció que, al principio, es habitual y comprensible una reacción de «miedo a lo desconocido». «Cuando te llega un vecino de Arabai, de Argelia o de Marruecos siempre surge una pequeña desconfianza, es normal. Pero poco a poco, con la convivencia diaria se va resolviendo y se va traduciendo en una buena relación, incluso en muchas ocasiones en una relación de amistad», aseguró. Así las cosas, el responsable de Accem quiso recordar que «estamos llamados a vivir en una sociedad global donde la llegada de personas de otros lugares supone una riqueza». Por su parte, el concejal responsable de Migraciones, Ignacio de la Iglesia, valoró de manera muy positiva iniciativas como esta muestra porque contribuyen a «visibilizar la realidad de la personas migrantes». Asimismo, recordó que Guadalajara es una ciudad que ha ido creciendo demográficamente «ya sea históricamente por migración interna o ya por personas llegadas de otros países». Por lo tanto, «la convivencia entre culturas es algo básico, nos tenemos que caracterizar por ser una ciudad que vive en cohesión y en integración». De hecho, el edil detalló que el 20 por ciento de la población de la capital es inmigrante o de procedencia extranjera, un porcentaje que ha crecido de manera signficativa en las dos últimas décadas.

Dicho crecimiento también se ha visto reflejado en la actividad de Accem. «Este porcentaje no hay que mirarlo con rechazo, todo lo contrario. Significa que somos una ciudad y un país acogedor, es una riqueza que seamos generosos», apuntó Carles. En la actualidad, Ucrania sigue siendo el país destacado del trabajo de Accem. Tanto es así que la entidad incrementó en un 146% las personas atendidas en el primer semestre de 2022 con respecto a 2021, alcanzando un total de 51.873. No obstante, la entidad recibe muchos refugiados y migrantes llegados de país africanos en conflicto, de Pakistán, Afganistán y Latinoamérica, entre otros.